1.- Consiga un edificio de buena altura. Preferentemente mayor de 30 metros.
2.- Llegue a la azotea y observe el horizonte detenidamente (no se aconseja volar sin plan de vuelo).
3.- Párese con cuidado en la cornisa (no hay que estropear el vuelo antes de despegar).
4.- Déle la espalda a la caída, abra las alas y cierre los ojos.
5.- Reconsidere las razones de su vuelo. Escapar del laberinto es considerado egoísta; tocar el Sol, de lo más loable.
6.- Piérdase en un sólo pensamiento, sentimiento, recuerdo y olor.
7.- Cierre las alas y déjese caer de espaldas.
8.- A partir de ahí, tiene exactamente 29 metros para aprender a volar... Si no lo logra, habrá sido su culpa.
9.- Todo suicida profesional tiene la obligación de sobrevivir para matarse otro día.
10.- Las cicatrices se llevan con orgullo. Aunque a nadie se le exige que las tenga.
TEP. Entre Muerto y Resurrecto,
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario