Prometo joder, por escrito, todas las semanas y con la quijada de burro de nuestro padre en la mano, a la Secretaría del Trabajo y a la Confederación de Trabajadores de México para que reconozcan al Sindicato Único de Poetas sin Remedio, y para que admitan a la cirrosis hepática y a la enfisema pulmonar como riesgos de trabajo, merecedores de pensión y de la atención del Estado.
sábado, 14 de noviembre de 2009
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