Fuimos malos amigos de los buenos tiempos,
esperando que duraran para siempre.
Fuimos los mejores amigos
en los malos tiempos,
esos nos hermanaron de por vida,
multiplicando las cervezas,
los versos,
los besos robados,
los golpes de lengua
y por debajo de la lengua.
Fuimos lo que ya no somos
y somos lo que quedade nosotros...
Esqueletos que se hicieron bronce,
y los esqueletos de la escoria
que fuimos reuniendo
con orgullo.
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